El baño de bosque: un retorno al origen
El artículo de esta semana trata sobre experiencias personales. Para conocer lo que es un baño de bosque, puedes acceder a nuestro apartado de talleres y experiencias en www.astara.es, donde encontrarás mucha información sobre su origen, cómo se desarrolla o qué beneficios tiene. Pero existe una razón (o varias) para que esa información esté disponible en nuestra web y para que el baño de bosque sea una de nuestras principales actividades, y de eso queremos hablaros hoy.
Disfrutar de una excursión a la montaña o al bosque donde, ya sea llevándote una mochila y unos bocadillos y disfrutando de un picnic cerca de un río, o terminando la ruta en un restaurante rural degustando cualquier exquisito plato a la brasa o de temporada, es una experiencia de verdadero placer para todo amante de la naturaleza (y del buen comer). En mi caso, desde pequeño, salir de excursión un fin de semana en este “formato”, era algo que disfrutaba enormemente. Con el paso del tiempo, la experiencia en origen familiar, va evolucionando e incorporando otros factores como el deporte, la búsqueda de rutas por alguna aplicación móvil, descubrir entornos de características distintas, etc.
Poco a poco, se va forjando una relación con la naturaleza, con los bosques, con los saltos de agua, con las montañas, que se convierte en necesaria…y así también, poco a poco, empiezas a tomar consciencia de que te sientes más libre, más seguro, más en calma, más feliz y sí, también más “tú mismo”, cuando estás inmerso en el medio natural…sin tráfico, sin ruidos molestos, sin olor a gases procedentes de los tubos de escape, sin tiendas, sin bolsas, sin nada excepto tú y lo que te rodea (o más bien siendo parte de lo que te rodea).
Cuando tomas consciencia de esa realidad, puede surgir un siguiente paso que es quedarte en silencio, sentarte a escuchar, a mirar o cerrar los ojos y simplemente ser… es en este punto en el que te das cuenta que hay algo mucho más poderoso de lo que percibes cuando haces una excursión. Que la intuición ya te lo dice, y por eso repites la experiencia de diseñar una ruta tras otra, preparar la mochila y salir a disfrutar del día,… pero que hay más, mucho más.
Por aquel entonces, cuando esa experiencia se comenzaba a perfilar como transformadora, leí en algún artículo que había gente que abrazaba árboles. Como siempre que uno lee algún artículo “diferente”, piensas “esto ya es otro nivel…”, en el sentido de “igual no hace falta”…nada más lejos de la realidad. Hoy me confieso un abrazador de árboles “profesional”. Abrazar un árbol como abrazarías a una persona, ofreciendo todo tu amor, toda tu sinceridad, sin esperar nada a cambio, dándole el valor que tiene como ser vivo que lleva en ese sitio posiblemente tanto o más del que uno lleva paseando por esta vida…es una experiencia preciosa.
A partir de aquí, una vez conectado con el bosque desde el silencio y sintiéndote parte de lo que te rodea, y tras abrirte a la naturaleza mediante, por ejemplo, un abrazo sincero a un árbol… todo cambia. Cuando uno profundiza en la experiencia de conectarse con esa sensación de SER parte de algo que te trasciende, de reconocer la vida en cada rincón, mires donde mires, de oler, tocar y escuchar, desde tu interior… ocurre algo que merece la pena compartir para que todo el mundo pueda experimentarlo. Te puedes llegar a emocionar al experimentar algo así. Algo que conecta con tu esencia como persona, con algo que te empieza a traer sensaciones “primarias” de una forma de experimentar la vida que ya no recuerdas y que el modelo de vida que llevas, con la cabeza llena de cosas que hacer en todo momento, responsabilidades, preocupaciones, y un largo etcétera, te aleja de ella.
Tomar consciencia de todo aquello y luego encontrar que había una técnica japonesa de principios de los ’80 que precisamente animaba a conectar con la naturaleza como vehículo de salud, no sólo física, sino también mental y emocional, fue un efecto cascada. No podía ser de otra manera.
Lo que se acuñaba como “baño de bosque”, y que podía haber tenido cualquier otro nombre o traducción, era esa experiencia de inmersión profunda, que se revelaba como algo mucho más allá de las actividades más practicadas en el medio natural. Con la evolución de esta práctica, llega la incorporación a la misma de técnicas de atención plena como el mindfulness o actividades psicomotrices y de consciencia corporal, que permiten que la experiencia sea completa y enriquecedora.
Las personas que formamos asTara hemos estado en contacto con la naturaleza, ya sea mediante el estudio, vinculados profesionalmente, o como hobby durante más de veinte años. Todo esa experiencia acumulada y la evolución de nuestra propia relación con el medio natural hasta llegar a facilitar el baño de bosque como actividad personal o familiar, es un recorrido que hoy ponemos a vuestra disposición de forma particular o mediante nuestra agenda de actividades, en el convencimiento de que, como nos dicen todas las personas que ya lo han experimentado, es una experiencia increíble, transformadora y que conduce a una sensación de bienestar y a una mejora de la salud que nos merecemos.
Vuelve a la naturaleza para volver a ti mism@.
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